@SolidariosBAN #contuayudasepuede

OFELIA HERNÁNDEZ Y CARMEN GUITIÁN.- La fundación Banco de Alimentos ha movilizado la solidaridad en España para conseguir que los días 29 y 30 de noviembre todos seamos un poco más generosos. Bajo el hastag de #yotambiéncomparto en Twitter muchas personas se han movilizado difundiendo el mensaje en las redes sociales.

yotambiéncomparto TOP CHEF

yotambiéncomparto BANCO DE ALIMENTOS

yotambiéncomparto BBVA ESPAÑA

yotambiéncomparto FUNDACIÓN HAZ LO POSIBLE

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yotambiéncomparto DESPENSA SOLIDARIA

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La Gran Recogida ha movilizado a todo el país, incluso hay un Twitter oficial en el que podemos ver las diferentes campañas que se están haciendo para la recolección de alimentos en España.

GRAN RECOGIDA CARTEL

Los voluntarios son una parte esencial de La Gran Recogida, ya que sin ellos este proyecto no saldría adelante. Además de recolectar alimentos, primero se hace una «recolección» de voluntarios. Todo el que quiera puede colaborar ayudando en una buena causa.

GRAN RECOGIDA ANDALUCIA, CEUTA Y MELILLA

En Andalucía, Ceuta y Melilla han contado con la colaboración del presentador y humorista andaluz, Juan y medio. La llamada para el 29 y 30 de noviembre que hace la Federación de Bancos de Alimentos para donar legumbres, leche, aceite, etc., insta a muchos a colaborar con la causa.

GRAN RECOGIDA CARTEL VERDE

En la ciudad de Vigo también han querido colaborar con el Banco de Alimentos haciendo su propia campaña para la Gran Recogida Solidaria. El lema Juntos por 150.000 kilos de alimentos ha conseguidos despertar el lado más humano de muchas personas haciendo que donen alimentos para aquellos que realmente lo necesitan.

La Gran Recogida Solidaria consigue unir a las personas por una buena obra. El hecho de recolectar alimentos para aquellos que sabemos que están pasando por una mala situación económica nos engrandece como personas. El Banco de Alimentos ha publicado en su cuenta de Twitter los objetivos que se han propuesto para la Gran Recogida de noviembre 2013:

1. Ayudar a 1.287.705 personas.

2. Recolectar 10.000 toneladas de alimentos que serán distribuidos entre organizaciones caritativas y de ayuda social reconocidas oficialmente.

3. Conseguir la ayuda de 60.000 voluntarios. La organización de la Gran Recogida necesita muchas manos, y por eso se buscan personas solidarias e involucradas en este proyecto.

4. Conseguir que 5.078 tiendas de alimentación participen en la campaña. Su ayuda es fundamental en la Gran Recogida Solidaria de alimentos.

 

5 GRAN RECOGIDA COMERCIO JUSTO

4 GRAN RECOGIDA CANALSOLIDARIO

3 GRAN RECOGIDA GRANADA 2015

1 GRAN RECOGIDA GETAFE CAPITAL

2 GRAN RECOGIDA BA

La Gran Recogida dará la vuelta a España. El 29 y 30 de de noviembre podemos aportar un granito de arena a este proyecto que va a conseguir que muchos niños desayunen y merienden durante, al menos, una temporada.

twi Para más información sobre el Banco de Alimentos de Navarra visita nuestro Twitter.

«Es difícil enganchar a los jóvenes en Navarra porque no han visto lo que es no poder desayunar por la mañana»

OFELIA HERNÁNDEZ Y CARMEN GUITIÁN.- Cuando comenzó a surgir en España el fenómeno de los Bancos de Alimentos, Carlos Almagro, actual presidente de la Fundación Banco de Alimentos de Navarra (BAN), era funcionario en el Ministerio de Agricultura de la Comunidad foral. Su trabajo le llevó a estar cerca del fenómeno de destrucción de productos agrícolas, fue entonces cuando comenzó su inquietud y observó que aquella destrucción de la que era testigo podría tener una solución. Así comenzó Almagro su andadura en el mundo de los Bancos de Alimentos. En la actualidad, el presidente de esta fundación sin ánimo de lucro hace hincapié en la importancia del fomento del voluntariado y recuerda el papel fundamental que juegan los voluntarios en el BAN. Asimismo, trata de animar a los más jóvenes a la labor solidaria haciéndoles ver que deben ponerse en el lugar de aquellos niños que van al colegio sin haber llenado su estómago desde la comida del día anterior.

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Ser voluntario: mucho más que un pasatiempo

MARTA LASA.- La mano de obra, como en cualquier otra empresa, es fundamental para el funcionamiento del BAN (Banco de Alimentos de Navarra).
Está compuesto por 136 voluntarios; en su gran mayoría jubilados o desempleados, también de edades avanzadas. Las tareas diarias en las naves les sirven de ocupación; siguen sintiéndose activos y combaten el aburrimiento que muchas veces sufren las personas mayores.
Pero ser voluntario en el BAN supone mucho más: supone sentir que están haciendo algo bueno por muchas familias y que están colaborando con su granito de arena para que ésta sea una sociedad mejor. Todos hablan con cariño y orgullo de su labor y se sienten una gran familia.
 
Juan Ignacio Yanguas era ginecólogo en el hospital Virgen del Camino antes de jubilarse. Ahora se dedica a seleccionar los alimentos que llegan de la mancomunidad al Banco.
Jesús Berrade ha sido profesor de Conocimiento del Medio en varios colegios de España y en el Banco se encarga de gestionar los pedidos.

Juan José Arbeloa trabajaba en TRW,  una fábrica de direcciones de coches. Acudió un día al BAN, aconsejado por un amigo, y se enamoró de su trabajo y sus voluntarios. Ahora su labor es la de seleccionar, clasificar y colocar los alimentos que entran en las naves.

Estos son sus testimonios:

 

Si tu también quieres hacerte voluntario, llama al 948 30 38 16, escribe un correo a voluntariado@bancoalimentosnavarra.org, o rellena este formulario.

 

 

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Tantaka: solidaridad, gota a gota

PAUL ZALDUENDO.- Un minuto, dos, tres, quizá cuatro…Estas son las divisas de Tantaka, un banco de tiempo solidario de la Universidad de Navarra creado en 2012 y en el que ya participan más de 1.200 personas ligadas a la institución docente. Estudiantes, profesores y otros profesionales de la Universidad ofrecen su tiempo y sus conocimientos a asociaciones de Navarra que se dedican a cubrir las necesidades sociales olvidadas por las administraciones públicas. “La solidaridad es donación, cada uno con lo que tiene, y todos tenemos tiempo para dar y cambiar las cosas”, resume Sofía Collantes, coordinadora del proyecto.

UNAV.ES

El proyecto Tantaka nació en 2012 con ocasión del Año de la Fe. Entonces la Universidad de Navarra puso en marcha «un nuevo cauce de voluntariado, al alcance de toda la comunidad universitaria y de todas las personas que deseen participar (UNAV.ES)

La iniciativa consiste en poner en contacto a personas e instituciones que necesitan ayuda y otras, en este caso profesionales y alumnos de la Universidad, que están dispuestas a proporcionarla. “Es un círculo de dar y recibir. Yo dedico parte de mi tiempo a echar una mano con aquello que estoy estudiando y aprendo muchísimas cosas que no se pueden aprender dentro del aula”, admite Teresa González, alumna de Magisterio y Pedagogía que, desde septiembre, dedica dos horas de su tiempo a dar clases de castellano a extranjeros.

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Tantaka significa gota a gota en euskera (UNAV.ES)

Con apenas un año recién cumplido, Tantaka ya ha coordinado proyectos en los que han participado cientos de personas. La pasada primavera, alumnos, doctorandos y profesores de Nutrición y dietética dedicaron su tiempo a elaborar recetas saludables y económicas para el Banco de Alimentos de Navarra (BAN). Trabajaron de manera voluntaria para tratar de “mejorar en el punto de vista nutricional el tipo de alimentos que se entregan”, una labor que repercute directamente a los más de 38.000 beneficiarios del Banco de Alimentos en Navarra.

“El valor añadido de Tantaka es que el ámbito universitario permite “generar un voluntariado profesional, en el que se ponen los conocimientos especializados de médicos, abogados, periodistas o pedagogos al servicio de la ayuda social”, explica Collantes, empleada de la Universidad y profesora de Comunicación que gestiona la iniciativa. 

Apoyo escolar, acompañamiento a personas mayores, comunicación, rehabilitación de viviendas, educación especial… Son muchas las ONG y asociaciones con las que colabora Tantaka y están dispuestas a recibir el tiempo de alumnos y profesionales de la Universidad. “La cantidad de tiempo depende del voluntario, no hay límite de participación”, asegura Collantes.

Para ponerse en contando con Tantaka puede hacerlo a través del correo Web, tantaka@unav.es.

El Banco de Alimentos de Navarra en imágenes

MARTA LASA.- Cientos de kilos de alimentos llegan cada día. El movimiento en las naves es continuo y el bullicio constante. Dentro de las tres naves se almacenan legumbres, pasta, conservas, etc. Y la organización de los voluntarios es exhaustiva.

Así podría resumirse en imágenes el día a día de los trabajadores y voluntarios del Banco de Alimentos de Navarra (BAN). Toda una jornada dedicada al almacenaje y distribución de alimentos en las mejores condiciones para aquellas personas que lo necesitan.

 

 

 

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Del Banco de Alimentos a París 365

OFELIA HERNÁNDEZ.- Desde que comenzase el declive económico en el año 2008, el número de entidades beneficiarias del Banco De Alimentos de Navarra (BAN) ha ido incrementándose de un modo exponencial. Una de dichas entidades es París 365, una asociación sin ánimo de lucro que desde el año 2009 lucha, según sus propias palabras, «por la justicia social y los derechos humanos«.

Cada mañana, antes de que el sol comience a trabajar, los cerca de 135 voluntarios del Banco de Alimentos de Navarra (BAN), cuya mayor parte supera los 65 años, llegan al Polígono Industrial Agustinos, lugar en el que se encuentra la sede de la fundación, con el fin de poner todo a punto para comenzar a recolectar, empaquetar y distribuir alimentos. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Los voluntarios preparan los montacargas, los patines, los contenedores y las cajas para que cada uno de ellos comience su labor. Cada voluntario tiene una tarea concreta: unos se encargan de las cuentas y de apuntar los pedidos, otros del empaquetado, también están los que van a Mercairuña a recoger los productos que donan los diferentes comercios o los que transportan las cajas. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

El número de voluntarios encargados de ir a Mercairuña a por los alimentos suele variar en proporción del día. Los voluntarios prefieren ir acompañados ya que cuando a uno de ellos le toca ir solo, suele ser cuando más cantidad de productos tienen que recoger y, en numerosas ocasiones, es difícil, pues las cajas comienzan a apilarse hasta conformar altísimas torres, lo que aumenta el riesgo de que la comida caiga y no puede ser utilizada posteriormente como alimento. En algunas ocasiones, los productos no caben en el camión, por lo que deben hacer más de un viaje. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Al llegar a la sede de Mercairuña, los voluntarios se cruzan con propietarios y empleados de los comercios abastecidos por la empresa que, al haber adquirido ya los alimentos necesarios, se marchan. Algunos de ellos se acerca a los voluntarios y les informan de lo que les han guardado, productos que, generalmente por su aspecto, no pueden venderse en los comercios convencionales, pero que se encuentran en perfecto estado para ser consumidos. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Con ayuda de un patín hidráulico que el uso ha ido desgastando, los voluntarios visitan los puestos en el interior de Mercairuña con el fin de encontrar productos de primera necesidad que estén en buenas condiciones para el consumo. Los comerciantes comienzan a darles cajas repletas de lechugas, sandías o melocotones, que ellos se encargan de apilar y sujetar con un cordel. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Una vez cargados los alimentos en el camión, los voluntarios vuelven al Banco de Alimentos para descargar lo obtenido. Uno de ellos utiliza un montacargas para, poco a poco, ir metiendo las cajas de lechugas, sandías o melocotones en la fundación. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Se acerca la hora de que las fundaciones lleguen al BAN para recoger las cajas de productos, por lo que los voluntarios se organizan para empaquetar y ordenar los alimentos. A pesar de que, según los voluntarios, el Banco de Alimentos de Tudela les ha reducido el trabajo, permanecen en la fundación hasta bien entrado el mediodía. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

París 365 es una de las asociaciones beneficiarias del Banco de Alimentos de Navarra. La asociación sin ánimo de lucro, que surgió en el año 2009, va a recoger cada quince días los alimentos que, posteriormente, entrega a familias necesitadas que no tienen los medios suficientes para poder nutrirse correctamente. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

En el antiguo restaurante La Cepa de la calle San Lorenzo de Pamplona se sitúa hoy París 365. Un plato de madera tallado con ambos nombres da la bienvenida a todo aquel que se acerca a la fundación, la cual da de comer a cerca de 150 personas gracias al proyecto Cesta Básica París 365. OFELIA HERNÁNDEZ (FICKR)

Los voluntarios y voluntarias de París 365 preparan las bolsas en las que se les entregará la Cesta Básica París 365 a las familias que lleguen al local a partir de las diez de la mañana, hora en la que se pone en marcha el lugar. Esta iniciativa busca dar a aquellas familias con menores a su cargo, ingresos insuficientes y cocina propia una alimentación saludable. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

En función del número de personas que compongan cada familia, a comienzos y mediados de cada mes, se hace entrega a éstas de una cesta con alimentos de primera necesidad como fruta, verdura, carne y pescado. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Las 35 familias que forman parte del proyecto Cesta Básica París 365 esperan su turno para recoger los alimentos, los cuales, según miembros de la organización, forman parte de una dieta que cuenta con la supervisión de un nutricionista con el fin de garantizar una alimentación saludable para las familias. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Los voluntarios de la organización van guiando a las familias una por una hasta el lugar donde se encuentran los productos, dichas familias han sido seleccionadas previamente por el Grupo de Acogida del Paris 365. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

A la una del mediodía, y una vez que todas las familias han recogido su cesta de comida, los voluntarios se ponen manos a la obra para empezar con el Comedor Solidario Paris 365. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

Comienzan a llegar más voluntarios para colaborar con el servicio de comidas que París 365 ha puesto en marcha. Gracias a esta iniciativa, aquellas personas que se encuentran en una situación económica precaria pueden realizar tres comidas al día por un euro durante todos los días del año. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

 

La fundación también cuenta con el centro Txoko Paris 365. Se trata de un lugar en el que las personas sin recursos pueden leer, utilizar los ordenadores o disfrutar de diversas propuestas culturales. OFELIA HERNÁNDEZ (FLICKR)

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Una historia más… o no

MARTA LASA SANZ.-

Luanda (Angola), 15 de octubre de 2013.

Son las 7 de la mañana y Joao se prepara, como cada mañana, para ir a la escuela. Después de rebuscar en los armarios de la cocina se da cuenta de que hoy volverá a salir de casa con el estómago vacío.

A las 11 de la mañana los niños hacen un descanso. Joao observa como algunos de sus compañeros devoran sus pequeños almuerzos. Domingo comparte lo que le sobra con Joao.

Ya es la hora de comer. Hoy están todos en casa y esperan sentados en la mesa, pero la mesa está vacía. Pronto llega su madre y reparte entre todos una barra de pan y una cacerola de sopa. No es mucho y Joao termina rápidamente su ración antes de volver a la escuela.

Unas horas mas tarde, Joao vuelve a mirar con recelo cómo sus compañeros disfrutan de sus meriendas. A Domingo no le sobra nada.

Las 10 es la hora de acostarse. Esta vez su madre no ha podido llevar nada a casa así que, un día más, Joao se dormirá sin cenar.

Todos hemos oído historias parecidas. Millones de niños en países subdesarrollados de todo el mundo sufren esta situación a diario. A muchos nos preocupa esta situación pero la vemos muy lejana.

Sin embargo, se produce mucho más cerca de lo que pensamos. Esta historia es real, pero ni el niño se llama Joao ni vive en Luanda.. Nuestro protagonista se llaman Adrián, Iker, María, Fermín, Ainhoa … y viven en Pamplona, Estella, Zizur o Sangüesa.

135.000 navarros se encuentran actualmente en riesgo de pobreza, de los cuales 30.000 son menores de 16 años según datos publicados por Diario de Navarra.

Muchos de ellos no consiguen nada que llevarse a la boca a diario y tienen que recurrir a comedores sociales, asociaciones, ayudas sociales, etc. Gracias a la labor de multitud de trabajadores y voluntarios, familias enteras pueden alimentarse en nuestra comunidad. De otra forma quizás no podrían… Y lamentablemente esta es una realidad que muy pocos conocen.

Los Bancos de Alimentos son fundamentales para proporcionar comida a los colectivos más desfavorecidos. Su principal trabajo consiste en recolectar alimentos sobrantes de supermercados, almacenes, tiendas…y repartirlos entre asociaciones que a su vez los distribuyen entre los necesitados.

Logo del Banco de Alimentos de Navarra. MARTA LASA

Logo del Banco de Alimentos de Navarra. MARTA LASA

El BAN (Banco de Alimentos de Navarra) funciona de manera oficial desde 1995. Su sede, en el Polígono de Mercairuña, dispone de 2 naves de 670 y 440 m2 para el almacenamiento y distribución de los alimentos.

3.174 toneladas de comida repartida cada año en total, gestionados por 140 personas, de las cuales solo 4 cobran un sueldo.

140 personas que hacen posible que Adrián, Iker, María, Fermín o Ainhoa, no solo reciban comida a diario sino que puedan tener una alimentación sana y completa.

 

El BAN en las Redes Sociales:  facebook youtube twitter

 

 

 

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Cada minuto de trabajo es agradecido

CARMEN GUITIÁN.-

«Les doy las gracias a todos aquellos que me están echando una mano, ya que es una ayuda bastante grande»

Muchas familias acuden diariamente a distintas asociaciones para poder alimentarse. En muchas casos esta ayuda es la única que entra en sus casas. El Banco de Alimentos suministra comida a particulares y a varias asociaciones y esto hace que muchas personas que realmente lo necesitan, puedan darle de comer a sus hijos.

A veces, cuando no nos afecta algo, no nos paramos a pensar que otras muchas personas no van a poder sentarse a la mesa y disfrutar de un plato de macarrones, o de un filete a la plancha. Pero, en la sombra, hay niños, madres o abuelos que acuden a estas asociaciones para poder disfrutar de aquello que nosotros tenemos sin pensar porqué, o cómo ha llegado a la mesa.

Los voluntarios del Banco de Alimentos de Navarra, son personas que, de forma altruista, dedican parte de su tiempo a ayudar a estas personas. Su labor, también en la sombra, es agradecida por todos aquellos que se benefician de su colaboración.

París 365 es una de las asociaciones que recibe suministros del Banco de Alimentos. María Luisa y Ezima son dos ejemplos de los cientos de personas que acuden a recoger comida a esta asociación. (Estos dos nombres son ficticios, ya que estas mujeres han preferido permanecer en el anonimato anonimato).

Una renuncia por amor

María Luisa es madre de una niña de dos años. Antes de tener que dejar su trabajo era dependienta en una tienda, y a la vez estudiaba un grado superior aquí, en Pamplona. La situación económica en su casa empezó a empeorar tanto que tuvo que dejar su trabajo en la tienda para buscar otro con el que ganara más dinero. Trabajó durante un tiempo limpiando casas, pero tampoco era suficiente para cubrir los gastos. “Así que al final con una hija, tuve que prescindir de los estudios, prescindir de un montón de cosas que quizá trabajando me podría permitir, pero no podía”, añade María Luisa. Ahora está desempleada y vive una situación muy delicada.

Para ir a recoger los alimentos a París 365, María Luisa tiene que pedir ayuda a sus amigos o conocidos ya que vive muy lejos. Para ella el ir allí supone un esfuerzo enorme, puesto que no tiene coche y tiene una hija pequeña a la que no puede dejar sola. La ayuda que recibe es para ella un gran alivio porque con eso organiza la alimentación de todo el mes. “Sí que es cierto que esta ayuda no nos cubre todas las necesidades, y menos cuando se tienen niños pequeños, ya que la alimentación no es la misma. Además de esta ayuda yo tengo que buscarme la vida para complementar la alimentación, tanto de mi hija como la mía”, señala María Luisa.

Actualmente conseguir lo que muchos quieren, hacer dinero o trabajar, no es fácil. María Luisa se plantea el futuro como una simple subsistencia: “El que tenga un trabajo con el que cubrir sus necesidades básicas se puede dar por bien servido”.

La ayuda que recibe de la asociación París 365 le está ayudando a subsistir día a día, a cubrir parte de sus necesidades básicas, como es la alimentación. Considera que el Banco de Alimentos está haciendo una labor muy buena y que todo el tiempo que dedican los voluntarios a recaudar los alimentos es agradecido por todos aquellos que reciben comida. “Les doy las gracias a todos aquellos que me están echando una mano, ya que es una ayuda bastante grande”, recalca María Luisa.

De los fogones al paro

Ezima es una cocinera nigeriana que vino a España para mejorar su calidad de vida. Lo que no se esperaba era que acabaría pidiendo ayuda a la asociación París 365 para poder subsistir. Ezima también es capaz de sacar el lado positivo de la situación en la que está viviendo y da gracias porque ella y los suyos tengan salud.

Cada 15 días acude con su amiga a París 365 para recoger los alimentos que tienen preparados para ella. La asociación le proporciona frutas, verduras, pescado, carne, legumbres, etc., y esto es suficiente para que su familia pueda alimentarse.

Ezima nunca se hubiese imaginado que llegaría un día en el que tendría que pedir ayuda. “Yo antes cuando trabajaba como cocinera ganaba dinero para alimentar a mi familia, pero después, cuando me quedé sin trabajo, no tuve más opción”, añade.

La comida que recibe del Banco de Alimentos supone para Ezima y su familia una gran ayuda y está muy agradecida a todos aquellos que colaboran para que esto salga adelante. “Agradezco mucho todo lo que nos está ofreciendo a mi y a mi familia”, recalca.

 

María Luisa y Ezima nos muestran una realidad que estan viviendo muchas familias en España. Padres que hacen lo imposible por alimentar a sus hijos, y que gracias a asociaciones como la que hemos hablado lo pueden hacer realidad. Asociaciones que funcionan gracias a la ayuda de voluntarios, que desinteresadamente inverten su tiempo y esfuerzo en ayudar a estas personas que de verdad lo necesitan. Los trabajadores saben que gracias a colaborar unas pocas horas a la semana, va a haber una madre que va a poder dar de merendar a sus hijos, o preparar un biberón para su bebé recicén nacido.

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Consejos prácticos para futuros voluntarios

OFELIA HERNÁNDEZ Y CARMEN GUITIÁN.- Los trabajadores del Banco de Alimentos tienen que tener en cuenta su salud, ya que la media de edad de los voluntarios que acuden diariamente a trabajar ronda los 65 años. Pero no solo las personas mayores tienen que cuidar su salud, los futuros voluntarios del Banco de Alimentos, sean mayores o jóvenes, tienen que saber cómo levantar cargas pesadas.

Para que ninguno de ellos tenga lesiones grandes de espalda a la hora de levantar cajas, existe un manual de carga para los trabajadores:

Lo primero que tienen que hacer es apoyar los pies firmemente en el suelo para evitar desequilibrios e intentar que exista una distancia de unos 50 centímetros entre uno y otro.

A la hora de agacharse para coger la caja, se deben doblar la cadera y las rodillas, pero siempre manteniendo la espalda recta.

Es importante mantener la carga tan cerca del cuerpo como sea posible, ya que aumenta la capacidad del cuerpo para levantar peso. Levantar las cajas por encima de la cintura en un solo movimiento podría provocar graves lesiones de espalda, especialmente en personas con una cierta edad.

En el Banco de Alimentos también se trasladan bidones y para que sea más fácil hay que aprovechar el peso del cuerpo de manera efectiva para empujar los objetos y tirar de ellos. A la hora de levantar bolsas pesadas, hay que mantener los brazos pegados al cuerpo lo más tensos posible.

Si las dimensiones de la carga lo aconsejan, no hay que dudar nunca en pedir ayuda a uno o varios compañeros.

No es recomendable girar el cuerpo mientras se sostiene una carga pesada, así como levantar más peso del que el cuerpo aguanta, ya que podría ser muy perjudicial para la espalda.

La posición de la columna vertebral a la hora de levantar cargas pesadas es fundamental, ya que una mala postura puede ocasionar lesiones en la columna.

Por último, todo trabajador del Banco de Alimentos tiene que tener en cuenta que los guantes son imprescindibles a la hora de manipular objetos con aristas cortantes y materiales que quemen o sean corrosivos. Los zapatos recomendados son aquellos que tienen una puntera metálica para evitar golpes y fracturas.

Todos estos consejos tienen que ser valorados por todo aquél que vaya a trabajar al Banco de Alimentos. En la fundación se realiza una labor totalmente altruista a la sociedad y la salud de los trabajadores es primordial para que la labor continúe.

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